Ezequiel Montes Ledesma Político y diplomático liberal – Comisión Nacional de los Derechos Humanos

por cruiz

 
José Trinidad Ezequiel Montes Ledesma nació el 26 de noviembre en la Villa de Cedereyta, Querétaro. Fue hijo de José́ Vicente Montes y María Gertrudis Ledesma. Montes Ledesma fue uno de los principales exponentes del liberalismo mexicano del siglo XIX. Su vasta obra jurídica fue reflejo de los cargos que ocupó: diputado a la legislatura de Querétaro, oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores, juez propietario de un Juzgado Civil de México, secretario de Justicia, Instrucción Pública y Negocios Eclesiásticos, ministro de Relaciones Exteriores, ministro ante la Santa Sede y ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otros.[1]
Ezequiel Montes vivió su niñez en esa villa de Cadereyta asimilando el ambiente religioso y tradicional del clero dominante de la época. Aprendió a leer en Cadereyta y terminó la primaria en San Juan del Río en 1831. De 1833 a 1836 trabajó como amanuense en Vizarrón, trasladándose luego a Tecozautla. Inicio sus estudios superiores el 17 de junio de 1838 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México, donde estudio latinidad, materia fundamental en ese tiempo para la educación superior y obtuvo el título de autoridad en el idioma; en 1846 inició sus estudios en jurisprudencia y en 1848 obtuvo la cátedra de gramática latina. En 1852, se tituló como licenciado en derecho, ganándose por oposición la plaza en derecho romano.
Con los exámenes rigurosos de abogacía que se realizaba a los abogados en esa época, se promovía una formación de excelencia, la cual favoreció a que en el foro mexicano se debatieran brillantemente los más importantes, graves y urgentes tópicos para el país y que la cultura jurídica se diseminara a nivel nacional por primera vez. En México en esos momentos el liberalismo mexicano fue encabezado por abogados que expresaban en las leyes su preocupación por una mejoría en el bienestar de la población, la defensa de sus derechos, y su felicidad. La máxima expresión del liberalismo fue el constitucionalismo, y ese grupo liberal lo encabezaban Benito Juárez, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, la Fragua y por supuesto Ezequiel Montes entre otros.
El interés de Ezequiel, por los aspectos públicos, sus conocimientos y brillante oratoria, lo llevan a participar como representante del pueblo en diversas ocasiones, incursiona en el Congreso local de Querétaro siendo elegido diputado por Cadereyta de 1849 a 1851, y por su desempeño y conocimiento es elegido diputado federal en el Congreso de la Unión representando a su estado de 1851 a 1854. Fue diputado constituyente en la Constitución del 5 de febrero de 1857, también fue diputado representante de Zumpango, Estado de México en 1861, por Dolores Hidalgo, Estado de Guanajuato en 1869, y en Huichapan Hidalgo, Guanajuato en 1872.
Por su gran habilidad discursiva lograba acuerdos entre las diversas fuerzas y posturas políticas, Ezequiel defendía los intereses de la población logrando convencer con acuerdos justos y convenientes. El abogado Montes Ledesma fue uno de los principales autores de la reforma constitucional entre ellas de la reforma de la legislatura de restauración del senado, y su conocimiento jurídico le permitió dejar huella en los anales de la historia del congreso mexicano
En 1855 ingresó las filas del Partido Liberal. Montes inicio su carrera en el poder ejecutivo federal el 8 de noviembre de ese mismo año cuando fue nombrado oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores por el presidente interino de la República, Juan Álvarez; en el mes siguiente, comenzó a despachar el juzgado séptimo de lo civil de México con el título de juez propietario, que le expidió el ministro de Justicia de entonces, Benito Juárez, durante la administración de Ignacio Comonfort y al mismo tiempo fue nombrado secretario de Justicia, Migración Eclesiástica e Instrucción Pública cargo que ejerció hasta 1857, cuando fue nombrado Enviado y Ministro plenipotenciario de México ante la Santa Sede. El 9 de enero de 1857 asumió el cargo de secretario de Relaciones Exteriores y para junio de 1861 fue nombrado ministro Plenipotenciario para celebrar un tratado de amistad, comercio y navegación entre la República Mexicana y el Reino de Bélgica. El tratado se concluyó el día 20 del mes siguiente. [2]
Dentro de sus discursos, Ezequiel Montes siempre apoyó al presidente Benito Juárez y participó activamente en las Leyes de Reforma; él fue quien dio los primeros pasos para acabar con los mayorazgos, patronatos e instituciones que detentaban la propiedad de gran cantidad de inmuebles, y presentó el proyecto de Ley de Desamortización en la Cámara de Diputados, la defendió con vehemencia y proeza en su oratoria. Es menester mencionar que Montes es considerado uno de los más distinguidos oradores mexicanos del siglo XIX. Entendía el liberalismo como un proceso de asimilación y educación del derecho constitucional, que debía ser conducido y discutido por abogados a través de diversas interpretaciones de la Constitución mexicana. Pertenece a una generación liberal que presenció la crisis política del país durante su niñez y juventud. Además, cabe destacar, la historia mexicana se ha visto favorecida por el legado de gente como Ezequiel Montes, quien en diversas ocasiones fue electo diputado y su sapiencia e intervenciones en el Congreso de la Unión facilitaron la construcción de las instituciones bajo las cuales vivimos. Cuando Ezequiel Montes fue designado por el presidente Benito Juárez ministro Plenipotenciario en el Vaticano y siendo el primer representante mexicano en el Estado Pontificio, asumió con una dignidad invaluable la negativa del Papa Pio IX a recibirlo. Éste hecho, representa un ejemplo del olvido en el que se ha tenido a Ezequiel Montes, pues cuando se recuerda la formalización de las relaciones diplomáticos con el Vaticano siempre se piensa en el régimen de Salinas de Gortari, quien lo hizo de forma oficial, o en el porfirismo, donde las relaciones se restauraron fácticamente. [3]
Como abogado, Ezequiel Montes patrocinó múltiples asuntos a lo largo de toda su vida. Estas actividades le permitieron dejar una amplia literatura en el foro mexicano, acervo que requería el mejor conocimiento jurídico, el cual Montes poseía en integridad. Cuando fue nombrado magistrado décimo de la Suprema Corte de Justicia de México, (10 mayo 1875- 10 febrero 1880) dejo huella con sus participaciones. Durante los primeros cuatro años del porfiriato, la Corte trabajaba con cierta independencia y con la inercia que dejo el periodo juarista y de Lerdo de Tejada impulsada además, con la cultura jurídica que imprimía la presencia de abogados como Ezequiel, Ignacio Altamirano, Ignacio Ramírez entre otros magistrados, que elevaba el debate dejando un legado brillante para la posterioridad en sus discursos.
En Querétaro el liberal, es reconocido como su más preclaro orador y político, así como un distinguido jurisconsulto de la época de la Reforma. Por su vocación de servicio y dedicación el pueblo le rinde reconocimiento y nombra en su honor uno de los de municipios de su estado natal, así como varias avenidas, también se han erigido estatuas en su honor.
El 5 de enero de 1883 Ezequiel Montes, parlamentario y diplomático liberal, falleció en la calle de moneda número 6 en la ciudad de México sepultándolo en el panteón de Dolores en Tacubaya.[4] En la actualidad sus restos reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México.
[1] https://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST/75807/75807.pdf
[2] http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020002834/1020002834.PD
[3] https://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST/75807/75807.pdf
[4] https://www.gob.mx/epn/es/articulos/ezequiel-montes-1820-1883?tab=
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